En el fondo de la bahía de Tateyama, un pueblecito situado en la costa sur de Japón, sumergido a 17 metros de profundidad existe un impresionante santuario sintoísta que es el escenario de unos encuentros increíbles
Hiroyuki Arakawa un buceador veterano de 79 años cada día visita a su mejor amiga, Yoriko.
¿Quién es Yoriko? Una Napoleón Asiático que habita en ese templo. Cada día desde hace 30 años.
La primera vez que el buceador se encontró con esta hembra de Napoleón Asiático, Yoriko se encontraba moribunda. La herida que tenía le hacía imposible alimentarse por su cuenta. Hiroyuki se entregó a la tarea de alimentar y cuidar de ella.
A medida que pasaban los días Yoriko fue ganando en salud y también en confianza hacia el buceador. Con sus cuidado y su presencia crearon un vínculo muy especial: Yoriko acude a su llamada, se deja abrazar, besar y juega con Hiroyuki como si fuera su mascota.
Hiroyuki está convencido que Yoriko es consciente de que él la salvó, que la cuidó y alimentó cuando estaba enferma.
Todos los que buceamos sabemos que se puede atraer la atención de un animal alimentándolo, incluso algunas especies te permiten tocarlo, pero interactuar con él, como llega a hacer Hiroyuki con Yoriko, la Napoleón Asiática, es prácticamente imposible.
Japón, como cultura, se distingue por su lealtad y precisamente este valor es que más tenemos en cuenta a la hora de elegir ese país como destino en nuestros viajes de buceo en Japón.
No solo por sus fondos, increíbles, ni por su impresionante biodiversidad, sino por que la experiencia que vas a vivir, sin duda, se va a convertir en uno de tus mejores recuerdos.
P.d.:Hay quien dice que “los peces no tienen memoria”, pero lo cierto es que no es así. Según estudios de la Universidad de Oxford los peces pueden recordar el 86 por ciento de un rostro humano. Pero esa historia te la cuento en el próximo Post.
Y tú..
¿Has logrado interaccionar con algún animal durante tus inmersiones?
Me encantará leerte en comentarios.
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