Buceo en Nagasaki: islas Goto, Omura y Tatsunokuchi – el mar secreto de Japón
Cuando escuchamos “Nagasaki”, la mente suele viajar hacia sus colinas llenas de historia, alguna con episodio dramático, sus puertos abiertos al mundo o la memoria de un pasado marcado por el encuentro de culturas. Rara vez pensamos en trajes de neopreno, botellas de aire y arrecifes de coral. Y, sin embargo, en este rincón del suroeste de Japón se esconde un océano sorprendente, un territorio submarino que muy pocos conocen y que empieza a reclamar su lugar en el mapa del buceo nipón.
Nagasaki no es Okinawa. Y ese es precisamente su mayor tesoro.
Un mar moldeado por corrientes
 Las aguas de Nagasaki se encuentran en una encrucijada única. La corriente de Tsushima, que nace como un brazo de la Kuroshio, acaricia sus costas y crea un ecosistema marino donde lo templado y lo tropical se dan la mano. El resultado: una biodiversidad inesperada, con paisajes submarinos donde conviven corales, cardúmenes de peces pelágicos y vida macro diminuta.
Las aguas de Nagasaki se encuentran en una encrucijada única. La corriente de Tsushima, que nace como un brazo de la Kuroshio, acaricia sus costas y crea un ecosistema marino donde lo templado y lo tropical se dan la mano. El resultado: una biodiversidad inesperada, con paisajes submarinos donde conviven corales, cardúmenes de peces pelágicos y vida macro diminuta.
La visibilidad varía según la época: entre septiembre y octubre, el mar se abre generoso con más de 15 metros de claridad; el resto del año, la riqueza de plancton reduce la visibilidad a unos 6–8 metros, pero a cambio regala encuentros con una vida marina abundante.
Tres puertas al océano de Nagasaki
Islas Goto
 El gran secreto de Nagasaki. Este archipiélago, a unas horas de la ciudad, es un paraíso de arrecifes de coral, cañones submarinos y aguas que mezclan calma y corriente. Aquí el buceo se vive como en pocos lugares: naturaleza intacta, escasa masificación y la sensación de estar explorando un territorio aún por descubrir. En otoño, la visibilidad convierte cada inmersión en un lienzo azul cristalino.
El gran secreto de Nagasaki. Este archipiélago, a unas horas de la ciudad, es un paraíso de arrecifes de coral, cañones submarinos y aguas que mezclan calma y corriente. Aquí el buceo se vive como en pocos lugares: naturaleza intacta, escasa masificación y la sensación de estar explorando un territorio aún por descubrir. En otoño, la visibilidad convierte cada inmersión en un lienzo azul cristalino.
Tatsunokuchi
 A solo 30 minutos de la ciudad de Nagasaki, este punto es una entrada desde playa que se convierte en un viaje inesperado. Entre los 2 y los 30 metros de profundidad, se despliegan praderas submarinas, pequeños arrecifes y un entorno ideal tanto para principiantes como para buceadores con experiencia que buscan inmersiones tranquilas cerca de la urbe.
A solo 30 minutos de la ciudad de Nagasaki, este punto es una entrada desde playa que se convierte en un viaje inesperado. Entre los 2 y los 30 metros de profundidad, se despliegan praderas submarinas, pequeños arrecifes y un entorno ideal tanto para principiantes como para buceadores con experiencia que buscan inmersiones tranquilas cerca de la urbe.
Omura Bay
 Un escenario diferente: aguas muy tranquilas, de baja profundidad, perfectas para la fotografía submarina y la observación macro. Pulpos escondidos, nudibranquios de colores, pequeños bancos de peces costeros… un lugar ideal para detenerse en los detalles que a menudo pasan desapercibidos.
Un escenario diferente: aguas muy tranquilas, de baja profundidad, perfectas para la fotografía submarina y la observación macro. Pulpos escondidos, nudibranquios de colores, pequeños bancos de peces costeros… un lugar ideal para detenerse en los detalles que a menudo pasan desapercibidos.
Buceo con alma cultural
Lo que diferencia a Nagasaki no está solo bajo el agua. Este puerto fue, durante siglos, la ventana de Japón al mundo. Aquí llegaron barcos portugueses, comerciantes chinos y misioneros europeos. Aquí se mezclaron sabores, técnicas y relatos que aún hoy se respiran en sus calles.
Por eso, el buceo en Nagasaki no se entiende únicamente como actividad deportiva: es también un viaje cultural. Tras la inmersión, la experiencia continúa en la mesa, con una gastronomía pesquera que habla del vínculo profundo de la región con el mar. Y cada encuentro con sus comunidades locales recuerda que el océano no es solo paisaje: es sustento, memoria e identidad.
Un futuro azul para Nagasaki
¿Es Nagasaki un destino de buceo tan conocido como Okinawa? No.
¿Puede llegar a serlo? Tampoco hace falta.
 La fuerza de Nagasaki está en su diferencia: en ofrecer al viajero un mar donde no manda la masificación, donde la experiencia se siente auténtica y donde el océano se une a la historia y a la vida de la gente.
La fuerza de Nagasaki está en su diferencia: en ofrecer al viajero un mar donde no manda la masificación, donde la experiencia se siente auténtica y donde el océano se une a la historia y a la vida de la gente.
En un momento en que el turismo busca ser más sostenible y más humano, Nagasaki tiene la oportunidad de posicionarse como un laboratorio vivo de turismo azul: buceo, sí, pero también cultura, pesca, gastronomía y tradición. Un destino para quienes buscan no solo inmersiones, sino un relato más profundo.
Sumergirse en Nagasaki
 Descubrir el mar de Nagasaki es aceptar una invitación distinta. No se trata de perseguir tiburones martillo ni de buscar la postal perfecta de arrecifes multicolores. Se trata de bucear en un océano con alma, donde cada corriente trae consigo historias de intercambio y cada puerto conserva la memoria de siglos.
Descubrir el mar de Nagasaki es aceptar una invitación distinta. No se trata de perseguir tiburones martillo ni de buscar la postal perfecta de arrecifes multicolores. Se trata de bucear en un océano con alma, donde cada corriente trae consigo historias de intercambio y cada puerto conserva la memoria de siglos.
Para quienes miran más allá de lo evidente, Nagasaki no es un destino alternativo: es un destino pionero. En Buceo en Japón te llevamos



Vaya… me has despertado el gusanillo de visitar Nagasaki…
Tiene una PINTAZA
Es que es un lugar maravilloso….
Gracias por leerme