Sharkscramble en Tateyama: cara a cara con los tiburones

A solo dos horas de Tokio, un santuario submarino te espera: tiburones, templos sumergidos y un encuentro único con la vida salvaje del Pacífico japonés. Bienvenidos al Sharkscramble de Tateyama.

En la costa este de Japón, al sur de la península de Ito, existe un rincón donde los tiburones nadan entre los buzos con una tranquilidad casi mística. En Tateyama, gracias a años de trabajo respetuoso con el medio marino, se ha creado uno de los espectáculos naturales más impactantes del archipiélago japonés: el Sharkscramble, un punto de inmersión donde decenas de tiburones nodriza (Nebrius ferrugineus) conviven de forma pacífica con los buceadores.

Se trata de una inmersión con alimentación controlada, desarrollada bajo estrictas normas ambientales, donde los tiburones aparecen puntuales como si supieran que son los protagonistas. Nadan lentos, imponentes, entre las burbujas, cruzándose a escasos centímetros de tu máscara en una experiencia que borra cualquier prejuicio sobre estos fascinantes animales.

Pero hay más. En esta salida de buceo no solo verás tiburones: uno de los puntos más extraordinarios es la inmersión en un templo sumergido, donde esculturas, escaleras y puertas de piedra colonizadas por algas crean un ambiente onírico que parece sacado de una película.

La vida marina del Sharkscramble

En el corazón del Sharkscramble de Tateyama encontrarás un ecosistema vibrante y sorprendente. Aquí es común bucear rodeado de decenas (incluso cientos) de tiburones nodriza o banded houndsharks, que emergen como un auténtico “torbellino de tiburones” durante la alimentación controlada. Pero no son los únicos protagonistas: junto a ellos se agrupan majestuosas mantarrayas rojas, enormes meros longtooth (más de 1 m) y emblemáticos wrasses cabeza de seda.

Encontrarás también un colorido telón de fondo coralino con corales blandos, anémonas y abundante vida macro: nudibranquios, gambas, cangrejos… incluso, en invierno, la curiosa presencia de cormoranes japoneses buceando bajo el agua. Este cruce de especies y comportamientos hace que cada inmersión sea un espectáculo natural en 360 grados —un festín visual donde cada mirada descubre algo nuevo.

Todo esto sin necesidad de vuelos internos ni desplazamientos complejos. Saldrás al amanecer desde Tokio en autobús exprés, llegarás diréctamente a nuestro centro de buceo en Tateyama y tras realizar dos (o incluso tres) inmersiones inolvidables, estarás de vuelta en la capital al caer la tarde.

Una jornada intensa y mágica, pensada para buceadores de todos los niveles, con equipo incluido y guía local, en uno de los escenarios más sorprendentes del buceo japonés.

Sharkscramble: un encuentro cara a cara con la calma salvaje del océano.

Un rincón mágico bajo el agua: el templo sumergido de Tateyama.

Explora el santuario sintoísta bajo las olas en Tateyama: un torii y altar sumergidos se alzan entre corales y peces, recreando un rito marino único. En este video vivirás el instante en el que el buceador se funde con la historia y la vida del océano.

En el Hasama Underwater Park, a unos 600 m de la costa y a 12 metros de profundidad, se encuentra un fascinante santuario submarino: un torii y altar creados en 1997 como extensión del santuario terrestre Susaki Jinja.

Este templo representa la espiritualidad sintoísta en el corazón del mar, siendo no solo un símbolo cultural único, sino también un foco de vida marina. Peces como el Asian sheepshead wrasse (Kobudai, apodado “Yoriko”) se acercan con frecuencia, y bancos de peces tropicales rodean las estructuras, creando una postal submarina de gran belleza natural

Este es tu próxima escapada de buceo:

El complemento ideal a tu escapada de buceo

Tateyama no es solo un destino submarino fascinante: su paisaje costero, su riqueza histórica y su clima suave la convierten en el destino perfecto para extender el día de buceo con una dosis de cultura y naturaleza.

• Daifuku‑ji “Gake Kannon”: un templo milenario (fundado en el 717) encajado en un acantilado, famoso por su estatua de Kannon tallada en la roca y sus vistas panorámicas sobre la bahía de Tateyama

• Castillo de Tateyama y Shiroyama Park: coronando colinas boscosas, este castillo-reconstrucción ofrece un museo sobre la historia local y vistas al Monte Fuji en días despejados

• Faro de Sunosaki: torre de 15 m construida en 1919, con un mirador histórico que ofrece épicas panorámicas de la bahía y, en ocasiones, del Fuji

Y hay más: playas de arena y arrecifes coralinos para snorkel, senderos floridos (cerezos, camelias) en invierno, y una gastronomía local excelente (frutos del mar directos del puerto, mercados en Nagisa‑no‑Eki)

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